sábado, 19 de mayo de 2012

CRACOVIA Y AUSCHWITZ


Terezin sugirió Auschwitz y allá fuimos. Por el camino descubrimos la interesante Cracovia.

Así fue: Viendo en la afueras de Praga un mapa con todos los campos de concentración y exterminio de los nazis, observé que la ciudad más cerca a Auschwitz era Cracovia y… ¡voilá!, enseguida recordé que Ryanair tiene una ruta Alicante-Cracovia y de repente sentí la necesidad imperiosa de una conexión a Google…. ¡ZAS!. Lo que me imaginaba, un vuelo Alicante-Cracovia-Alicante por 60€ (eso sí, con dos meses de antelación).
 El resto fue también de precio de saldo: un apartamento céntrico por 10€ por persona y noche. Los menús polacos son exquisitos, los restaurantes tienen ambientes muy “cosacos” y los precios entre 9 y 12€ por persona. Nos os perdáis: Ogniem i mieczen y Pod Wawelen.

La contratación de las excursiones, en español, las hice a través de internet. Es muy interesante contar con guía de habla hispana por todo lo Cracovia tiene que contar, sobre todo, de la época de la 2ª Guerra Mundial.

Destaca para visitar en la ciudad, el gueto judío y el barrio judío de Kazimierz y la fábrica de Oskar Schindler, convertida ahora en un museo muy interesante. Os recomiendo ver la película La Lista de Schindler y veréis como al callejear por la ciudad, os parecerá que estáis paseando por un plató cinematográfico.

Lo más destacable y emotivo es, sin duda, la visita al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Nuestra visita, guiada por un superviviente del campo, nos puso los pelos de punta. Sobrecoge de tal forma, que nos pareció la mejor y más vehemente lección de historia que alguien pueda recibir jamás. Quizás por eso, me llevé a mi hijo Fran de 13 años.

Estoy convencida de que todas las personas deberían visitarlo alguna vez, y así constataríamos que el caldo de cultivo que desencadenó aquel horror, a veces, lo tenemos más cerca en tiempo y espacio del que podemos imaginar. Nuestros jóvenes deberían conocer este lugar, esta parte de la historia, que la recuerden y transmitan para que algo así no vuelva a producirse jamás.

Menos mal que la ciudad tiene argumentos de sobra para cambiar tu estado de ánimo a la vuelta del horror nazi.



Lo que no hay que perderse:

-          La plaza principal con su mercado medieval

-          El codillo de cerdo y sus filetes empanados gigantes

-          Los chupitos de vodka

-          Su versión del Apfelstrudel

-          El castillo en lo alto de la colina Wawel

-          La hospitalidad polaca

-          El campo de concentración de Auschwitz-Birkenau

-          La fábrica-museo de Oskar Schindler

-          El barrio judío de Kazimierz

Webgr@fía básic@;







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