domingo, 10 de mayo de 2009

¡ SILENCIO…. SE RUEDA!

Nada como un paseo por los lugares emblemáticos de los EE.UU. para descubrir lo mediatizados que estamos por el cine norteamericano.

Es fácil sentirse en el país de las barras y estrellas en un continuo “déjà vu” y así, en mi viaje por New York, Las Vegas y el Gran Cañón del Colorado, cuando llegué al último piso del Empire State giraba la cabeza a un lado y otro esperando encontrarme a Meg Ryan cogiendo la mochila del chico como en “Algo para recordar”, o en el ferry a State Island fijándome en los pies de las mujeres que vestían traje de chaqueta y ver si llevaban puestos los “tenis” como Melanie Griffith en “Armas de mujer”.


En cualquier caso es un viaje que se disfruta mucho porque prácticamente todo acompaña: unos paisajes naturales indescriptibles, la espectacularidad de sus edificios, el trazado de sus calles, el mestizaje de culturas, una carne excepcional, la devaluación del dólar frente al euro y la posibilidad de conseguir unos más que atractivos precios en vuelos, electrónica, hoteles, excursiones, tiendas, trapitos y restaurantes. Además es un destino ideal para viajar con niños y compartir con ellos sensaciones como las de los once de Dani Oceans (Ocean’s Eleven) viendo las espectaculares fuentes del Bellagio en Las Vegas.


Lo que no hay que perderse:


  • La perspectiva de los rascacielos desde el césped de Central Park.



  • Patinar en Rockefeller Center, pasear por Time Square…



  • El costillar de cerdo de Friday’s.



  • El skyline neoyorquino desde el ferry a Staten Island.



  • Misa Godspell en Harlem.



  • Constatar que las carreteras de Arizona son tan largas y rectas como las pintan.



  • Cenar en el “Top of the World”, un restaurante giratorio a 300 m de altura desde donde se puede ver el grandioso espectáculo luminoso de Las Vegas.



  • Ver las fuentes del Bellagio a ritmo de Elvis.

WEBgrafía Básica

http://www.rumbo.com/ (buscador de vuelos)
http://www.booking.com/ (buscador de hoteles)
http://www.mae.es/ (Ministerio Asuntos Exteriores)
http://www.guiamundialdeciudades.com/ (Información turística)
http://www.vegas.com/ (información turística, excursiones y hoteles)


Trucos @nline
  • Generalmente es más barato volar a New York desde Londres que desde Madrid y, para un murciano hasta más cómodo teniendo en cuenta que puedes conseguir una conexión a Londres desde San Javier o Alicante con una compañía de bajo coste.


  • Buscando en foros consigues fácilmente direcciones de iglesias baptistas donde poder disfrutar de una misa godspell por el precio de un billete de metro (2$) en lugar de los 60$ que te costaría a través de una agencia.


  • Saca por internet todas las entradas que puedas de los museos y atracciones famosas que quieras visitar para así ahorrarte muchas colas

jueves, 7 de mayo de 2009

EL DESCONOCIDO MARRUECOS










El viajero, en su búsqueda de lo diferente y en su ánimo de explorar, a veces deja de lado los lugares cercanos, quizá por verlos demasiados accesibles por su proximidad o por tópicos tales como el hacer de lo lejano lo exótico y de lo vecino lo menos interesante. Sin embargo, en esto de viajar, lo aledaño no tiene por qué ser sinónimo de ”cercano”. Tenemos cerca, en la orilla opuesta, la puerta de África de la cual nos separan unas cuantas millas náuticas y, sin embargo, hay todo un mundo entre medias.
Marruecos es un buen destino por su perfecta combinación entre vecindad y salto cultural. Es la forma más sencilla y barata de viajar a otra civilización, presente de inmediato nada más llegar a Marrakech, paraíso para muchos y lugar de residencia ocasional de unos cuantos privilegiados.

Me podría pasar horas hablando de esta sorprendente ciudad, pero centraré mi artículo en el Marruecos desconocido, el Gran Sur, las dunas de Erg Chebbi: lo que más me impresionó.
La palabra “erg” significa en árabe “campos de dunas”. Los erg son grandes extensiones de arena fina acumuladas por el viento. Se encuentran entre los paralelos 20 y 40 de ambos hemisferios. El de Erg Chebbi es el mayor de Marruecos y es la puerta occidental del desierto del Sáhara. Prácticamente hace de frontera natural entre Marruecos y Argelia. Las dunas aquí forman un paisaje de una belleza muy especial, ya que la arena adquiere tonalidades diferentes según la luz y contrasta brutalmente con el negro profundo de las sombras.

Así, desde este erg y desde Erfoud podemos adentrarnos en la cultura bereber, disfrutando de un entorno a medio camino entre romántico y aventurero, a lomos de un dromedario. Es una experiencia ir al ritmo de estos extraños animales: no es demasiado incómodo y cambia la perspectiva de viajar por el desierto. La vista del erg desde lo alto de las dunas al atardecer es algo inolvidable.

El desierto tiene algo cautivador, es un paisaje de belleza extrema y probablemente atractivo por lo peligroso de ser un medio hostil al hombre.

Para completar esta experiencia a lo “Lawrence de Arabia” lo ideal es dormir en una tradicional haima en pleno desierto y bajo un cielo cubierto de un manto de estrellas.

Tras este festín de desierto y ya subidos en un 4x4 dirección noreste, el terreno se vuelve llano y pedregoso. Esta zona es conocida también por sus minas de yacimientos fósiles, algunos de los cuales datan de más de 360 millones de años. A estos desiertos pedregosos se les conoce “hamadas”.

Avanzando a toda velocidad por esta tierra tan árida y sin apenas una brizna de hierba, parece increíble encontrar en la mitad de la nada las tradicionales haimas bereberes, hogares de los nómadas del desierto. A la sombra de las oscuras telas, esta hospitalaria gente extiende varias alfombras tipo kilim mientras ofrecen un tradicional té.
En cuanto alojamiento, esta región tiene una oferta para todos los bolsillos. Para rendir honor a su sobrenombre de “la tierra de las mil kasbash, lo más recomendable sería alojarse en una kasbash de lujo (unos 100 € por habitación doble) en la que poder descansar en estos largos días de ruta y actividades con toda comodidad, disfrutar en la piscina o relajarse en el tradicional hamman. En Marruecos todo es posible.

Consejos:
. La combinación de vuelos es un poco complicada: Madrid-Casablanca-Errachidia, para llegar a Erfoud. Si además visitáis Marrakech, tendréis que añadir: Errachidia-Casablanca –Marrakech. Pero… es avión y los trayectos son cortos… ¡No problem!
. Otra opción es ir con tu coche desde Murcia y embarcar en Almería para llegar a Nador (noche de navegación en camarote con camas), y desde allí bajar a Erfoud.

. Si contáis con bastantes días, lo mejor es coger por vuestra cuenta el vuelo Madrid-Marrakech-Madrid, y un ryad en el centro de la Medina. Posteriormente desde esta ciudad hacer un circuito hacia el sur pasando por el Atlas, las gargantas del Todrá, Ouarzazate y la kasbash de Taourist.
. No se os ocurra hacer este viaje entre Mayo y Octubre.

. ÚLTIMA HORA: A partir del 6 de julio, RYANAIR ofrece vuelos a Marrakech desde Alicante.


Webgr@fía Básica


Para vuelos:

Para los circuitos:

Para hoteles:
http://www.booking.com/

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LO QUE NO HAY QUE PERDERSE

-Callejear y “perderse” por la medina de Marrakech.
-Probar las rabas de calamar y las verduras rebozadas en los puestecillos nocturnos de la plaza “Jemaa el Fna”

-Los dátiles y los zumos de naranja naturales (medio litro a 0`5 €).

-Dejar que un comerciante del zoco te seduzca con un té para entrar a su tienda a regatear. Es todo un ritual.

-Los encantadores de serpientes.

-Alojarse, por supuesto, en un ryad de la medina. Lujo exótico a precios medios.

-Cruzarte en el centro de la ciudad con un artesano subido en su cargado burro y creerte que estás en la Edad Media.

-Las canteras de fósiles marinos de hace más de 360 millones de años cerca de Erfoud. El mejor souvenir.

-Las conversaciones con los bereberes al calor del fuego de la noche en el campamento del desierto. Su ritmo, su música.

-Rodar “duna abajo” y dejarse “rebozar” sintiendo el tacto de esa arena que conforme se pega, se despega.

-La sorpresa que produce encontrarte con un lago en medio del desierto.

-Caminar por las dunas a lomos de un dromedario y sentir el inmenso silencio que te rodea.

-El mercado de Rissani, su parking de burros, sus puestos de especias, sus verduras, sus trozos de carne colgada…-Y por supuesto, el “cuscus” y los “tajines” .