
Se hizo tan famosa, que quien le mandaba cartas desde otro
estado o cualquier parte del mundo, solo tenía que escribir en el sobre:
“Nellie, Alaska”, y la misiva llegaba sin ningún problema.
Dos presidentes norteamericanos, actores famosos y hasta el
príncipe de Bulgaria compartieron velada con esta independiente mujer. Y no me
extraña que este vasto territorio forjara una personalidad tan aventurera, o
personalidades tan intrépidas como la de Don Sheldon, avezado piloto que
llevaba a investigadores y escaladores a los glaciares del Mckinley.

Se cuenta que, en una ocasión, un barco volcó en el Susitna River y cinco pasajeros se aferraron a las rocas. Sheldon aterrizó aguas arriba con un hidroavión, descendió por los rápidos, agarró a uno de los hombres y lo dejó en lugar seguro, repitiendo la operación cuatro veces más hasta que rescató a los cinco.
Alaska es tierra grandiosa, ruda e intrépida, donde la difícil tarea de dominar los elementos es compensada por su increíble belleza.

La tierra que “regalaron” los rusos a E.E.U.U. solo sugiere volver. En tres semanas contemplamos las maravillas de la península de Kenai (fiordos, glaciares consteros, nutrias, salmones y halibuts), el parque nacional Katmai (la mayor concentración de osos grizzlies del mundo), una pequeña parte del inmenso parque nacional Wrangel St. Elias con sus volcanes y antiguas minas, la Denali Highway y sus sorprendentes paisajes, para finalizar en el mítico Denali National Park y su máximo exponente, el monte Mckinley (6.194 metros, la mayor altura de Norteamérica).
Se cuenta que, en una ocasión, un barco volcó en el Susitna River y cinco pasajeros se aferraron a las rocas. Sheldon aterrizó aguas arriba con un hidroavión, descendió por los rápidos, agarró a uno de los hombres y lo dejó en lugar seguro, repitiendo la operación cuatro veces más hasta que rescató a los cinco.

La tierra que “regalaron” los rusos a E.E.U.U. solo sugiere volver. En tres semanas contemplamos las maravillas de la península de Kenai (fiordos, glaciares consteros, nutrias, salmones y halibuts), el parque nacional Katmai (la mayor concentración de osos grizzlies del mundo), una pequeña parte del inmenso parque nacional Wrangel St. Elias con sus volcanes y antiguas minas, la Denali Highway y sus sorprendentes paisajes, para finalizar en el mítico Denali National Park y su máximo exponente, el monte Mckinley (6.194 metros, la mayor altura de Norteamérica).
Los cerca de 1.700.000 kilómetros cuadrados de Alaska dan para
más de un viaje. Eso sí, sin olvidar llevar en el bolsillo más cercano al
corazón, el spray antiosos y la biografía de Nellie.
LO QUE NO
HAY QUE PERDERSE
-La llegada a Homer con el telón de fondo de las montañas del
kachemak Bay State Park.
-Las cascadas del río Russian, donde decenas de salmones
intentan saltarlas para desovar río arriba.
-La llegada de los pesqueros a Homer y Seward, repletos de haibuts y salmones, y el espectáculo del despiece de estos gigantes del mar.
-Los encantadores restaurantes y galerías de arte de Homer
Spit.
-El rafting en el río Kenai y después satisfacer los
hambrientos estómagos con una hamburguesa en el bar de carretera cercano.
-El camping de caravanas de Seward y su barbacoa municipal.
-El glaciar Exit, el campo de hielo Harding y el bosque
lluvioso cercano.
-El cangrejo real, sí, ese de los programas de “Pesca
radical”…sencillamente exquisito
-El crucero por el Kenai Fjord National Park. Ballenas,
leones marinos, delfines, frailecillos, nutrias marinas y glaciares costeros.
-El “Yukon Bar”, en Seward. Una auténtica experiencia
alaskeña entre cervezas, moteros, música country y una mesa de billar.
-El museo “Maxine & Jesse Whitney” en Valdez. Aloja la
mejor colección privada de objetos, arte nativo y fauna perfectamente discada
de Alaska. Ojo con su ejemplar de alce macho.
-Conducir por la McCarthy Road y llegar a la mina de
kennicott.
-La vista del volcán Drum desde el Copper River Princess
Wilderness Lodge, en Glennallen.
-El Aurora Borealis B&B y la hospitalidad de su dueña
Sheila.
-La Denali Highway y las tortitas del Mclaren River Lodge.
-La exhibición de los alaskan huskies que tienen los guardas
forestales del parque y como tiran de los trineos.
-El sobrevuelo del Mckinley, sencillamente sublime.
-La encantadora ciudad de Talkeetna al más puro estilo Far
West.
-Volar sobre el Polo Norte y ver la banquisa casi derretida.
Dedicado a los excépticos del cambio climático.
Webgrafí@
Básica
www.condor.com Compañía aérea que ofrece los vuelos más
directos posibles.
www.hallobay.com Empresa con la que se puede visitar katmai National
Park
www.alaskarivertrips.com Empresa para hacer rafting en el río Kenai.
www.ferryalaska.com Compañía de ferrys que conecta los
principales puertos
www.talkeetaairtaxi.com Empresa
que fundó Sheldon con la que se puede hacer el sobrevuelo al Mckinley.
www.toursaver.com Libro de bonos descuentos para distintas
actividades.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Haz tus comentarios